Por Miluska Rojas, Secretaria Ejecutiva PQNSR.
El presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), durante la campaña electoral fue uno de los 3 candidatos presidenciales cuyo plan de gobierno tuvo mayores compromisos vinculados al reconocimiento de una agenda de derechos humanos y de la necesidad gravitante de extender los servicios básicos en el país. En su mensaje ante el Congreso de la República ratificó estos compromisos, con alentadores anuncios y la declaración de una visión de país con amplio respeto de los derechos humanos y la dignidad de cada ciudadano y ciudadana.
"En el año 2021, año del bicentenario, nuestro país será reconocido en el mundo como una democracia en donde se respeten los derechos humanos, en especial los derechos de las minorías, y en donde se cumplen los deberes de los ciudadanos. Cumpliremos los compromisos pactados a favor de las víctimas de todo tipo de violencia, queremos ser ante el mundo un país serio, un Estado con palabra que tiene el mejor clima de negocios del continente y a donde todos quiera venir... (...)", anunció PPK.
Una visión ambiciosa y moderna, que algunos han catalogado como necesaria para el Perú y otros de gaseosa. Alberto Vergara, politólogo afiliado al David Rockefeller Center de Estudios Latinoamericanos de la universidad de Harvard, afirmó que <<PPK deberá liderar un gobierno que recupere la autoridad en el país a través del fortalecimiento de un Estado de derecho que, está demostrado, no florece como añadido del crecimiento económico. (…) El desafío, entonces, es superar una resaca que no es económica sino política e institucional >>.
No todas las fuerzas políticas han celebrado el mensaje ni la investidura de Kuczynski en el Congreso de la República. Sin embargo el presidente ha emplazado que para alcanzar la visión proclamada necesitará del consenso de las fuerzas políticas y de cada ciudadano y ciudadana del país. En otras plazas, como el espacio celebrado por las iglesias evangélicas del Perú, el llamado de Kuczinsky parece haber hallado eco, y le han sumado, a él y al Congreso de la República, pedidos expresos en favor del bienestar del país. El acceso a servicios básicos, la justicia, la protección de la familia, y la necesidad de reconciliar al país, entre otros temas, han sido puestos en la agenda pública.
El presidente y el nuevo gabinete de gobierno, autoproclamado respetuoso y defensor de los derechos humanos, deberá acortar el descontento de la población insatisfecha con el crecimiento económico, polarizada en su opinión sobre el respeto de los derechos humanos, y gerenciar con cautela su relación con el Congreso de la República, conformado en un 57% por el fujimorismo, abiertamente insatisfecho con los resultados de la elección.
No será una tarea sencilla y hay quienes dudan de la franqueza de Kuczinsky, identificado como un tecnócrata liberal (pro mercado). Sin embargo el gobierno de Ollanta Humala incrementó la calidad y cantidad de las metas dadas para garantizar el acceso a derechos humanos y atender las políticas de reparación dejadas por García Pérez; esta será la valla mínima que PPK deberá sobrepasar. En particular cumplir los compromisos de campaña y del primer discurso presidencial le significará al gobierno poner en implementación políticas públicas, que pese a su poca difusión y participación ciudadana, han delineado prácticas estatales para promover una cultura de respeto de los derechos humanos, y atender la agenda Post Comisión de la Verdad y Reconciliación.
El presidente ha visibilizado en su plan de gobierno estos y otros puntos, y aunque no todos lo han celebrad podemos tener esperanza, PPK es el cuarto presidente de la República que ha insistido en incluir los derechos humanos como apuesta principal del país en su primer discurso como autoridad nacional.
La designación de María Soledad Pérez Tello como ministra de Justicia y Derechos Humanos y de Gisela Vignolo Huamaní como vice ministra de Derechos Humanos hacen advertir que existen condiciones para llevar a la práctica el discurso presidencial y continuar o mejorar las tareas dejadas por el anterior gobierno. De cara al bicentenario nos toca continuar difundiendo y vigilando el cumplimiento de la visión del país.
Comprometidos y comprometidos a nivel nacional con los derechos humanos.